lunes, 1 de junio de 2015
La ceiba,Atlantida
La Ceiba
La Ceiba se fundó de las manos del pueblo garífuna y los indios pech, bajo la sombra de un gigantesco árbol de ceiba, Ceiba pentandra, el mítico árbol de los mayas. Aunque el árbol ya desapareció del paisaje urbano, dejó sus raíces asentadas en el carácter exuberante de los ceibeños.
La Ceiba se comenzó a formar en los primeros años del siglo XIX. En sus orígenes, era un asentamiento de garífunas e indios pech que llegaron atraídos por la riqueza de sus tierras. Pero el verdadero impulso lo recibió con la llegada de las compañías bananeras en los últimos años de ese siglo y las primeras décadas del siglo XX. Con ellas llegaron los barcos, la línea férrea y el comercio constante con Nueva Orleans y Europa. Pronto la arquitectura se fue modificando, modernizando, y la gastronomía nativa se fusionó con aromas y sabores extranjeros. La ciudad sigue siendo sede de las oficinas de la Standard Fruit Company de Honduras, productora de una gran variedad de frutas de exportación, entre las que destacan el banano, la piña y la toronja.
Hoy, La Ceiba es la tercera ciudad en importancia de Honduras y, sin lugar a dudas, la capital turística. Sus numerosos atractivos naturales se suman a la cercanía y facilidades de transporte con otros destinos preferidos por los visitantes: Cayos Cochinos, Utila, Roatán, Guanaja, Cuero y Salado y La Mosquitia. Todos ellos accesibles por avión, barco o coche.
La Ceiba brinda lo que ninguna otra ciudad de Honduras puede ofrecer: un exuberante y realmente virgen bosque tropical lluvioso que se mezcla con fríos bosques nublados en el Parque Nacional Pico Bonito. Tiene también el río Cangrejal, tan impetuoso como el rafting que se practica en él y río Zacate, que deslumbra con su color verde esmeralda.
Por otro lado, la ciudad continúa modernizándose a ritmo acelerado. Nuevas industrias y cultivos agrícolas surgen constantemente. Modernos centros comerciales se alzan y el comercio florece sin parar. Hoteles y restaurantes para todos los gustos y bolsillos brindan hospitalidad a los miles de visitantes que llegan a la ciudad que es conocida, cariñosamente, como “La Novia de Honduras”.
Sin embargo, como todas las novias, hay momentos en que se presentan tormentas en el horizonte… especialmente durante los meses de septiembre y octubre (época de huracanes). De febrero a marzo es la época más fuerte del verano y cuando el mar se presenta más calmo (ideal para ir a la playa). En Semana Santa y durante el Carnaval (mayo) la ciudad se llena literalmente de miles de turistas.
La gente en esta ciudad puerto soporta con una sonrisa el calor del trópico. Cualquier oportunidad es buena para irse a la playa, los balnearios o a los numerosos ríos que bajan de las montañas vecinas. Bajo la sombra de la imponente montaña de Pico Bonito, la ciudad vive enérgicamente al ritmo de los tambores garífunas y las canciones de Guillermo Anderson. Por si fuera poco, cada mayo se celebra el mejor carnaval del país: el Gran Carnaval Internacional de la Amistad (el Carnaval de la Ceiba, como todos lo conocen). La música siempre está presente por doquier y si realmente le gusta bailar y divertirse hasta el amanecer, el Carnaval de La Ceiba es una invitación a explorar los misterios y tentaciones de “La Novia de Honduras”.
La vida en La Ceiba es indudablemente, un reflejo de su entorno natural: magnífica, abundante, sincera y espectacular. La Ceiba tiene mucho que ofrecer, pero lo mejor es que usted vaya y descubra por que esta es y será la ciudad más alegre de Honduras.
La Ceiba es el principal puerto para conocer el Caribe hondureño. Por avión, la ciudad de Roatán se encuentra a quince minutos y apenas cinco minutos separan a La Ceiba de Utila. Por barco, la distancia es de dos horas a Roatán y una hora a Utila. Cayos Cochinos está a una hora en lancha. Pero si desea quedarse en tierra firme, La Ceiba es la única ciudad que ofrece un río con rápidos clase III y IV y un parque nacional de proporciones gigantescas: el parque nacional Pico Bonito. Si lo que busca es un contacto más humano con los grupos étnicos del país, no vacile en acercarse a Sambo Creek y convivir con el pueblo garífuna, cuya cultura es Patrimonio Intangible de la Humanidad.
Lago de Yojoa,Cortes
Lago de Yojoa
El Lago de Yojoa, como conocemos hoy a la mítica Laguna de los Lagartos, es el único lago de origen volcánico de Honduras y la mayor reserva de agua dulce con que cuenta el país. Su riqueza es tal que en 2005 fue reconocido como Humedal de Interés Mundial por La ONU, a través de la Convención RAMSAR.Con sus 16 km de longitud y 28 metros de profundidad, en promedio, el Lago de Yojoa es una puerta abierta a la exploración y la aventura.
La subcuenca del Lago de Yojoa tiene un área de 43,600 hectáreas entre los departamentos de Santa Bárbara, Cortés y Comayagua. Comprende el lago y su entorno, dentro de los cuales se han identificado 13 diferentes tipos de humedales y algunos ecosistemas únicos, como la montaña de Santa Bárbara, la montaña caliza más grande de Centroamérica.
Cerca de 800 especies de plantas crecen en esta área protegida, cantidad que equivale aproximadamente al 10% de la flora nacional. Con tantas especies de plantas, no es de extrañar que 407 especies de aves vivan en o cerca de ellas. Ese número equivale al 55% de todas las aves de Honduras. Y ya que hablamos de cantidades, es bueno decir que se han identificado también 54 especies de mamíferos y 72 especies de reptiles (esto representa el 23 y el 43%, respectivamente, de los inventarios nacionales de estos animales).
¿Por qué existe tanta vida en Yojoa? Una respuesta es porque los humedales, rebosantes de agua, proporcionan vida. La subcuenca del Lago es una de las zonas del país donde más llueve, debido en gran parte a los bosques nublados que crecen en su perímetro. Debemos recordar que el Lago es custodiado por dos parques nacionales: la Montaña de Santa Bárbara y Cerro Azul Meámbar. Ambos parques están protegidos por las leyes y en sus altas montañas se gesta una buena parte del agua que nutre al Lago.
Toda esta flora y agua sirve de refugio temporal a numerosas especies de aves migratorias procedentes de América del Norte. El Lago, como se le conoce popularmente, es un verdadero hot spot para los amantes de las aves y una alternativa de ingreso para la industria sin chimenea.
La riqueza de Yojoa viene de tiempos inmemoriales. En 1934 se realizaron las primeras investigaciones de lo que parecía ser una ciudad maya, totalmente desconocida, en las orillas del Lago. A partir de ese momento, científicos norteamericanos, franceses, mexicanos y hondureños han estudiado lo que con el tiempo se ha denominado Los Naranjos. Quizá la ciudad precolombina más grande en Honduras, después de Copán.
El sitio arqueológico, posiblemente de origen prelenca, guarda una historia de por lo menos 2,800 años de antigüedad y nos confirma que ya antes de Jesucristo, antiguos hondureños vivían y gozaban en las orillas del Lago.
En la actualidad, miles de personas viven todavía directamente del Lago merced a la pesca, la oferta gastronómica (detenerse en este lugar a comer un pescado frito es una arraigada costumbre de casi todos los hondureños), el cultivo de flores exóticas para exportación y otros cultivos tradicionales.
A todo lo anterior se debe sumar su valor como banco genético y las enormes posibilidades farmacéuticas que pueden proporcionar tantas especies de plantas. Finalmente, es imposible dejar de mencionar el increíble valor escénico que tiene el único lago de toda Honduras. Un verdadero regalo de la naturaleza.
El Lago es un extraordinario escenario listo para recibir a los verdaderos aventureros. Un sitio más que ideal para la pesca, la navegación con veleros o simplemente relajarse con la familia o los amigos. El sitio es poco frecuentado y ahí radica su riqueza. Con sus aguas calmas el sitio es más que ideal para la navegación; en sus orillas, una rica avifauna convierte al sitio en un Hot Spot para los amantes de las aves y sus pocos, pero buenos hoteles generan el espacio adecuado para permanecer unos días. Por supuesto, no se puede ir sin probar el pescado frito del lago, una verdadera tradición de Honduras.
Gracias,Lempira
Gracias, Lempira
La ciudad colonial de Gracias se encuentra ubicada en el departamento de Lempira, en el Occidente de Honduras. Es una de las ciudades más antiguas de Honduras ya que su fundación que se efectuó en tres momentos distintos, comenzó en 1536. Esto ocurrió en Opoa, un sitio muy cerca de donde se encuentra la actual ciudad. Todavía queda en pie, un muro de adobe de la primera iglesia colonial que se levantó.
La segunda fundación ocurrió al año siguiente por mandato de don Francisco de Montejo. Sin embargo, el asentamiento fue levantado y puesto en su tercer y definitivo lugar, tras haberse sofocado el levantamiento del cacique Lempira. Esta tercera fundación la realizó don Juan de Montejo el 14 de enero de 1539.
La importancia de Gracias se consolidó rápidamente, gracias a los abundantes recursos recursos naturales que poseía la zona. Para el año de 1544, se estableció en la ciudad la Audiencia de los Confines, la máxima autoridad administrativa española en las territorios que comprenden desde los actuales estados sureños de México hasta Nicaragua.
Con este nuevo estatus, Gracias comenzó a recibir la llegada de numerosos comerciantes y autoridades eclesiásticas que transformaron su arquitectura y la estructura socioeconómica. Desafortunadamente, la bonanza duró poco y en unos cuantos años, la Audiencia fue trasladada a Antigua Guatemala.
Gracias es ahora una de esas ciudades dormidas que parece despertar de un largo y profundo letargo. Oculta a los ojos de los turistas y los empresarios, la ciudad se mantuvo discretamente aparte de las rutas turísticas y su comercio, básicamente local, apenas traspasaba las fronteras con el cercano país de El Salvador.
Sin embargo, en los últimos treinta años años, la zona comenzó a recibir numerosos apoyos por parte de organismos internacionales. GTZ, Visión Mundial, Médicos Sin Fronteras, Caritas, Cooperación Española fueron parte de esos organismos que lucharon para levantar la educación y las condiciones de vida. Y pareciera que finalmente, la semilla logró germinar.
En la actualidad, Gracias es una ciudad que comienza a abrirse al mundo y desea mostrar todos sus tesoros naturales y culturales. Ubicada en las faldas del parque nacional Celaque, la ciudad cuenta con un gigantesco potencial para el turismo científico y el ecoturismo. Con sus cuatro magníficas iglesias, casas, calles y haciendas coloniales, la ciudad cuenta con una riqueza arquitectónica incomparable.
Más importante aún es el invaluable valor del espíritu lenca que pervive en la ciudad y sus montañas cercanas. Bastión de la cultura lenca, Gracias una ventana a los descendientes del pueblo indígena más importante que encontraron los españoles al momento de su llegada.
Ahora, nuevos y modernos hoteles se construyen tratando de fusionarse con ese aire colonial tan marcado que la ciudad posee. Tours a las iglesias, a Celaque y a las comunidades lencas ya son una realidad y mucha gente llega a Gracias en busca de esa tradición que la ciudad mantiene. El futuro ha llegado.
Gracias es la ciudad más importante del departamento de Lempira y la llave para visitar las extraordinarias iglesias coloniales de los cercanos poblados de la Campa, San Manuel de Colohete y Belén Lempira. Quizás las iglesias coloniales más bellas de Honduras.
Guanaja,Islas de la Bahia
Guanaja
La historia de Guanaja nos describe episodios en donde la isla ha estado habitada y deshabitada. Las primeras huellas del pasado aún son visibles: Plan Grande, un sitio arqueológico poco frecuentado, nos muestra monolitos erigidos en círculo a manera de centro ceremonial. Cuando Cristóbal Colón llegó en 1502, ya había una considerable población indígena en la isla; posiblemente de la etnia paya.
Guanaja no figura en la mayoría de las guías turísticas de Honduras. Una verdadera injusticia para esta hermosa isla cuyas dimensiones la posicionan como la segunda más grande del Caribe catracho. Guanaja pertenece al departamento insular de Islas de la Bahía y es la más retirada de tierra firme. La mayor parte de su territorio y aguas circundantes son una reserva biológica, lo que ha permitido mantener su impresionante biodiversidad en un estado muy saludable. Saltos de agua, un paisaje montañoso cubierto de extensos pinares, numerosas especies de orquídeas, una rebosante fauna marina, un arrecife custodiado por aguas cristalinas y 15 cayos paradisíacos cubiertos de arena blanca y palmeras son los grandes atractivos naturales que ofrece la isla.
En 1998 el huracán Mitch azotó Guanaja con especial crueldad reduciéndola a despojos. Los estragos fueron tan horrendos que aún hay evidencias de la fuerza de este ataque: edificios abandonados y árboles muertos que datan de ese año. Con los años la reconstrucción tomó terreno y hoy Guanaja es una hermosa isla muy poco visitada por turistas.
Siendo una isla, la economía depende del mar. La electricidad, productos pecuarios y otros enseres de uso diario son importados de tierra firme. La mayoría de los habitantes obtienen sus ingresos de la pesca o de alguna actividad relacionada. Existen unos pocos automóviles porque no hay un sistema vial; el único modo de transporte es el bote.
Guanaja se divide en dos islas; la más pequeña es Bonnacca Cay, en realidad un pequeño cayo donde vive la mayoría de los isleños y donde se aglomera el comercio y las instituciones del Estado. Este es sin duda alguna, el territorio con mayor densidad poblacional de Honduras.
La segunda, la isla grande, está prácticamente desierta y salvaje en contraposición al superpoblado cayo. La exuberancia de su paisaje (montañas de pino y playas turquesa) y esa tranquilidad que la caracteriza han atraído a muchos viajeros que deciden quedarse. Varias estrellas de Hollywood tienen su residencia o han veraneado aquí. Todos vienen atraídos por las noches del cielo más estrellado, oscuro y romántico que sus ojos podrán apreciar. El arrecife cuyas formas y patrones albergan a una gran cantidad de especies animales seduce a buzos de todas las nacionalidades. ¿Por qué escoger a Guanaja? Guanaja es un sueño incomparable. Cualquiera que haya conocido Utila o Roatán y piensa que lo ha visto todo en el Caribe de Honduras, cambia de opinión cuando conoce Guanaja.
El departamento de Islas de la Bahía, conformado por 3 islas (Roatan, Utilia y Guanaja), fue creado el 14 de marzo de 1872.HOTELESRESTAURANTES
¿Por qué ir?
¿Por qué no visitar el mismísimo edén? Una efervescente y repentina alegría se apodera de aquel que visita este solitario paraíso. Pareciera que la naturaleza se dio a la tarea de crear encantos difíciles de olvidar. Playas turquesa y blancas, arrecifes saludables y vida salvaje exuberante le derraparán en esta isla montañosa. Guanaja es ideal para olvidar la civilización; sin celulares, sin deberes ni preocupaciones, solo un incitante Atlántico que enamora a primera vista.
El Progreso,Yoro
El Progreso
El Progreso es una pujante ciudad ubicada en las riveras del caudaloso Río Ulúa. Es la cuarta ciudad en importancia del país, precedida por Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba. Cuenta con la imponente cordillera de Mico Quemado a sus espaldas y es la principal ciudad del departamento de Yoro, uno de los departamentos originales incluidos en la primera división política que hizo Honduras ya como República independiente.
El Progreso ha jugado un papel importante en el desarrollo del fértil Valle de Sula desde su fundación como ciudad el 10 de octubre de 1892. Al igual que la mayor parte de la costa norte de Honduras, esta ciudad se desarrolló como resultado de las concesiones que el gobierno central diera a las empresas bananeras norteamericanas a cambio de construir un ferrocarril que recorriera de costa a costa al país.
La United Fruit Company, dueña de la marca Chiquita Banana, fue la compañía que se asentó en esta zona y desarrolló importantes plantaciones bananeras. “La Compañía” construyó una red ferroviaria que conectaba a las ciudades de El Progreso, Potrerillos, La Lima y San Pedro Sula con los puertos de Tela y Puerto Cortés, generando una importantísima vía de comunicación que facilitó el rápido crecimiento de toda esta zona. Durante más de medio siglo, el único medio de comunicación efectivo entre San Pedro Sula y El Progreso era la vía de tren, ya que el puente La Democracia que ahora las une, atravesando el Río Ulúa, fue inaugurado hasta 1963.
En la actualidad, El Progreso es una ciudad moderna con una importante actividad comercial a nivel nacional. Una de las principales fuentes de empleo son las industrias maquiladoras; la mayoría de las cuales están ubicadas en ZIP El Porvenir. Gracias a ellas y a su comercio, El Progreso comienza a levantar una fuerte infraestructura turística.
Danli,El Paraiso
Danlí
Cuentan los anales de la historia que a finales de 1600, dos hermanos españoles compraron una extensa franja de tierra en el oriente de la provincia de Honduras a La Corona española. En un principio, toda esa tierra formó parte de una gigantesca hacienda dedicada a la ganadería y agricultura. Siglos después, la hacienda se transformó en Danlí, la Ciudad de las Colinas.
Rastros de ese pasado colonial son visibles todavía. La iglesia, que domina el Parque Central, tiene casi doscientos años de antigüedad y su interior posee finos retablos con pinturas barrocas. Más allá, los restos de un sistema de acueducto conocido como “Los Arcos” permanecen aún en pie. Aunque el tiempo ha pasado, algunas constantes no han variado.
Danlí es conocida por la gran cantidad de colinas repletas de vastos pinares que la rodean; es de ahí que viene su fama como la Ciudad de las Colinas. El fértil terreno es propicio para la producción agrícola y ganadera convirtiendo estos rubros en el principal sostén de su economía. La industria tabacalera cosecha anualmente miles de toneladas de hojas de tabaco que luego son enrolladas en alguna de las fábricas locales. El resultado final son finos puros que han sido reconocidos en numerosas ocasiones entre los mejores del mundo. Cada puro alcanza elevados precios en Estados Unidos o Europa.
El maíz, la planta que heredamos de los antiguos mayas, aporta interesantes matices a la cocina lugareña. ¡Vaya que saben cómo cocinarlo! Pruebe las tustacas, empanadas, tamales, pozol, tamalitos, tortillas y las famosas rosquillas; estas son solo algunas de las formas en que se consumen los granos dorados. En Danlí se producen las mejores rosquillas del país.
Danlí podría comenzar a figurar más entre los destinos turísticos hondureños. Recientes inversiones privadas y gubernamentales tienen por propósito tornar las longevas haciendas españolas en remansos para la relajación y el turismo rural.
Cuando incursione por el oriente de nuestro mapa, considere esta ciudad para pasar una tarde.
¿Por qué ir?
Venga a Danlí para recorrer las fábricas tabacaleras que tanto renombre le han dado a la ciudad; muchos de estos puros han sido continuamente calificados entre los mejores del mundo. Déjese seducir por su gastronomía plagada de sabores derivados del maíz. Danlí es un destino económico y seguro que vale la pena visitar cuando se está el oriente catracho.
Choluteca
Choluteca
Choluteca, la ciudad más grande del sur de Honduras, está llena de historia precolombina. Los Chorotegas, un pueblo comerciante emparentado de los Toltecas, emigraron a esta área desde Chiapas (México) alrededor del año 1000 de nuestra era. El vocablo “Choluteca”, según los versados en la materia, es de procedencia chorotega y significa “valle ancho”.
No existe un consenso sobre el año de fundación de Choluteca, sin embargo si sabemos que el hecho ocurrió en el siglo XVI. Villa de Xerez de la Frontera de la Choluteca, el nombre con que fue erigida, jugó un papel importante durante la colonia gracias a las minas. La riqueza de sus minas fue tal que en 1585 se le añadió el nombre de “Y mis Reales Tamarindos” (la historia señala que las pepitas de oro que se extraían eran tan grandes que tenían forma y tamaño de tamarindos).
Esta herencia española todavía es visible en su casco histórico; uno de los más trascendentes de Honduras. En estas edificaciones nacieron el prócer José Cecilio del Valle, redactor del Acta de Independencia de Centroamérica y Dionisio de Herrera, primer presidente de Honduras. Sus casas aun permanecen en pie en el centro histórico.
Choluteca, el más sureño de todos departamentos de la nación, sigue conservando ese fuerte empuje económico de antaño gracias al sector agroindustrial. Desde la colonia, Choluteca ha sido tierra de hacendados gracias a su potencial agropecuario. Esta es la tierra de comerciantes, camaroneras, salineras, meloneras y grandes haciendas bovinas.
La Sultana del Sur, como es conocida, tiene mucho que ofrecer al curioso visitante amante de la naturaleza. Su geografía oferta destinos como playas, muy visitadas en vacaciones de Semana Sanata, y manglares que contrastan con las zonas frías y montañosas cercanas a Nicaragua. Los climas cálidos que reinan sobre el área metropolitana contrastan a la perfección con el agradable frío del área de San Marcos de Colón. Atardeceres espectaculares, inexplorados bosques de mangle, extensas y ricas lagunas de invierno ideales para la pesca y la observación de aves. Un Tip: de septiembre a enero, Choluteca recibe a miles y miles de aves migratorias provenientes del norte y sur del continente. Este es uno de los mejores sitios para la observación de aves migratorias de toda Honduras. ¡Todo un paraíso para los amantes del birdwatching!
Los encantos naturales de Choluteca se suman a sus encantos culinarios; el pozol y quesillo en capas son dos tentaciones que siempre persuaden. Por otro lado, su riqueza cultural es invaluable en cuanto a danzas folklóricas. Choluteca es quizá el departamento de Honduras que más danzas folclóricas originales aporta al acervo cultural del país. Una armoniosa realidad.
Desde hace unos años, Choluteca ha promovido el lema “Volvamos al sur” con la idea de volver por sus fueros. Y lo está logrando.
¿Por qué ir?
La geografía de Choluteca posee playas, climas cálidos, planicies, zonas montañosas de más de 1200 msnm y climas fríos. En Choluteca encontrará el quesillo en capas, pozol y varias danzas folklóricas autóctonas. Esta es la tierra del garrobo, del bosque de jícaros y un puente que es Monumento Nacional. Hay atardeceres rojizos como nunca antes ha visto, espectaculares tormentas eléctricas y la naturaleza más exuberante que se pueda imaginar. Hay manglares inexplorados, un océano Pacífico imponente y uno de los mejores sitios para la observación de aves migratorias de toda Honduras. ¡Todo un paraíso para los amantes del “birdwatching”!
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